Egresados de la EPET N°1 y sus familias denunciaron incumplimientos en la recepción realizada el viernes 19 de diciembre y apuntaron contra los responsables del servicio de catering. El caso se suma a un antecedente reciente ocurrido en Eldorado.
Los egresados de la orientación Electromecánica de la EPET N°1 de Posadas y sus familias denunciaron una presunta estafa e incumplimiento contractual vinculados a la organización de la fiesta de graduación realizada el jueves 19 de diciembre. Según relataron, el evento presentó serias irregularidades pese a haber sido abonado en su totalidad.
De acuerdo al testimonio difundido por los damnificados, la recepción estuvo a cargo de María F. y Rubén L., responsables del servicio de catering denominado “María López”. Cerca de las 15, los organizadores informaron la suspensión del evento al alegar que el salón no contaba con medidor de energía eléctrica y que, por ese motivo, no había suministro de luz.
Sin embargo, los denunciantes señalaron que los responsables se encontraban en el lugar desde las 8 de la mañana y que, aun conociendo la situación, no dieron aviso previo a los padres ni a los alumnos, ni consultaron decisiones posteriores. De manera unilateral, procedieron a cancelar servicios que ya estaban pagos, entre ellos decoración, bebidas, hielo, DJ y vajilla.
La denuncia por presunta estafa e incumplimiento contractual durante la recepción de egresados de la EPET N°1 de Posadas continúa sumando testimonios. En esta oportunidad, madres de alumnos afectados brindaron detalles del impacto económico, emocional y organizativo que atravesaron las familias tras lo ocurrido el jueves 19 de diciembre, apuntando directamente contra los responsables del servicio de catering “María López”.
Natalia Iza, mamá de uno de los egresados de la orientación Electromecánica, relató que el contrato con la empresa se firmó en febrero, luego de evaluar distintos presupuestos. “Desde febrero hasta la fecha estuvimos en contacto permanente. La tarjeta arrancó en 72 mil pesos, con un aumento del 10% mensual. En diciembre ya estaba en 135 mil pesos. En total, el monto abonado ronda los 10 millones de pesos. Es deplorable lo que nos hicieron, no tengo palabras para expresarlo”, afirmó en diálogo con Misiones Online.
Según explicó, la situación comenzó a desmoronarse el mismo día del evento, cuando cerca de las 15 horas los organizadores informaron de manera unilateral que la recepción se cancelaba por la falta de suministro eléctrico en el salón. “Ellos sabían desde las 8 de la mañana que el lugar no tenía luz, pero recién a las 3 de la tarde nos avisaron. Y no nos consultaron nada, simplemente cancelaron”, señaló.
Sin embargo, la versión fue rápidamente puesta en duda por los propios padres. “Un grupo fue al salón, se comunicó con la empresa de energía eléctrica y en menos de media hora el problema estaba solucionado. Si eso se pudo resolver así, ¿por qué no lo hicieron ellos, que estaban desde temprano en el lugar?”, cuestionó Iza.
La madre remarcó que el salón no tuvo responsabilidad en lo ocurrido. “Fue una opción que nos dio el propio servicio de catering y el salón colaboró en todo lo que pudo. Por eso no lo mencionamos en la denuncia”, aclaró.
Pese a que finalmente la recepción se realizó, lo hizo en condiciones muy alejadas de lo pactado. “A las 9 de la noche recién estaban prendiendo el fuego. Las mesas no tenían manteles, las sillas no tenían fundas, la decoración era totalmente precaria. Nada de lo que figuraba en el contrato estaba preparado”, detalló.
La situación se agravó con el correr de las horas. “No hubo entradas, no hubo empanadas, albóndigas ni sanguchitos. A las 12 de la noche no se había servido absolutamente nada de comida. La bebida estaba caliente y recién se sirvió pasada la medianoche, en vasos de plástico que habíamos llevado los padres”, relató.
menú principal tampoco fue el acordado. “Tenía que ser galeto, con opciones para celíacos y vegetarianos. Lo que apareció fue un churrasco de pollo con un poco de lechuga y tres rodajas de tomate, servido cerca de las 2 o 3 de la madrugada”, sostuvo. Parte de la comida, incluso, fue decomisada por la policía por no cumplir con la cadena de frío.
Ante este escenario, las familias tuvieron que cubrir de urgencia los servicios faltantes. “Pagamos 400 mil pesos un DJ para que los chicos tuvieran música, 100 mil pesos en vajilla, casi 500 mil pesos en pizzas para que pudieran comer algo. Sacamos plata de donde no teníamos”, lamentó.
Natalia también destacó el esfuerzo previo de los estudiantes. “No buscábamos nada lujoso. Fue una fiesta hecha con muchísimo sacrificio. Los chicos hicieron bonos para ayudar a quienes no podían pagar. Son alumnos de una escuela industrial, con mucha carga horaria, pasantías, exámenes de ingreso a la facultad. Aun así, se pusieron la camiseta y, pese a todo, lograron disfrutar”.
En el mismo sentido se expresó Daniela Cantero, otra mamá de un egresado, quien habló con Radio República. “Fue un golpe emocional muy fuerte, sobre todo para los chicos. A las tres de la tarde nos enteramos de que el evento estaba cancelado. Después se solucionó el tema de la luz, pero ahí nos dimos cuenta de que esta persona no iba a cumplir con el contrato”, relató.

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