El llamado de alarma de la ONU va en sintonía con las proyecciones de la OMS, que considera que, dada la poca capacidad de los sistemas de salud y los laboratorios en las las regiones con menos recursos, una importante transmisión del virus ya se está produciendo sin detectar.
Naciones Unidas aumentó este jueves desde 2.000 hasta 6.700 millones de dólares el pedido de fondos de apoyo para países pobres y sectores vulnerables ante la pandemia de coronavirus, al tiempo que la Organización Mundial de la Salud proyectó que en estas naciones el pico del contagio llegará recién dentro de tres y seis meses.
"A menos que actuemos ahora, tenemos que prepararnos para un aumento significativo de los conflictos, el hambre y la pobreza. El espectro de múltiples hambrunas está al acecho", avisó el secretario general adjunto para Asuntos Humanitarios de la ONU, Mark Lowcock, en un comunicado.
Según proyecciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el pico de la pandemia tardará entre tres y seis meses en llegar a los países más pobres del globo.
El llamado de alarma de la ONU va en sintonía con las proyecciones de la OMS, que considera que, dada la poca capacidad de los sistemas de salud y los laboratorios en las las regiones con menos recursos, una importante transmisión del virus ya se está produciendo sin detectar, informó la agencia de noticias EFE.
Además, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, señaló que el hambre es otro gran riesgo, ya que casi 100 millones de personas dependen de ayuda exterior para comer.
"A menos que podamos mantener esas operaciones esenciales, a la pandemia sanitaria le seguirá pronto una pandemia de hambre", agregó el jefe del Programa Mundial de Alimentos, David Beasley, citado por la agencia española.
La ONU había solicitado el 25 de marzo una ayuda de 2.000 millones de dólares, 4.700 millones menos que hoy, para un grupo de países vulnerables como Colombia y Venezuela.
Casi un mes y medio después, Naciones Unidas incluyó a otros nueve países, entre ellos Pakistán, Filipinas y varias naciones africanas, y triplicó el pedido.
Por el momento, la ONU recibió solo 1.000 millones que fueron utilizados para para mejorar la higiene en campos de refugiados, distribuir tapabocas, equipos para pruebas del coronavirus, crear centros logísticos para transportar por vía aérea suministros y formar a 1,7 millones de personas para identificar el virus y tomar precauciones, entre otras cosas.
"Si no apoyamos a los más pobres, especialmente a mujeres, niñas y otros grupos vulnerables, mientras combaten la pandemia y el impacto de la recesión global, vamos a afrontar efectos colaterales por muchos años” señaló Lowcock.
Un informe publicado hoy por la ONU alertó que "hay evidencia de que los ingresos se desploman y los empleos desaparecen, los suministros de alimentos caen y los precios se disparan, y los niños no reciben vacunas y comidas".
“Enfrentar eso será aún más doloroso y mucho más caro para todos", sentenció Lowcock.
Tedros, en tanto, agregó que las medidas de confinamiento inhiben la prestación de otros servicios sanitarios, como vacunaciones o servicios de salud sexual y reproductiva.
En este sentido, el secretario general, António Guterres, ya había llamado la atención sobre la falta de solidaridad de las naciones más ricas y de la comunidad internacional en general con los países más pobres en el desarrollo de una respuesta sanitaria y económica conjunta ante la pandemia.
Estas palabras parecen no haber surtido el efecto esperado, en parte porque hasta ahora la mayoría de los países más golpeados por la pandemia en el mundo son naciones desarrolladas como China, Estados Unidos, Italia, España o Francia.
Sin embargo, tanto la ONU como la OMS están tratando de mirar más hacía adelante y prever cómo será la situación en los países más pobres cuando alcancen su pico de contagio en la segunda mitad del año.
"Los efectos más devastadores y desestabilizadores se harán sentir en los países más pobres del mundo", advirtió Lowcock y destacó que muchos de ellos ya están sufriendo los efectos económicos provocados por la caída de las exportaciones, de las remesas y del turismo, tres sectores muchas veces vinculados a las naciones más ricas del mundo.
Por eso, Lowcock urgió a las potencias a “actuar tanto en solidaridad como por su propio interés”.
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