La comida barata es muy cara

El título responde a un último documento que publicó el Dr. Walter Pengue con Naciones Unidas junto a un grupo de investigación cuyo trabajo se centra en temas referidos al mundo de la agricultura de alimentación y, además en todo lo que no está incorporado en el análisis de costos en la producción de alimentos.


Pengue sostiene que hay muchos costos ocultos, como el tema de los pasivos ambientales o externalidades que van desde impactos ambientales, impactos sociales hasta transformaciones fuertes del punto de vista económico-cultural que no son evaluados dentro del sistema agrícola convencionales.

“Lo dijo Naciones Unidas, el sistema alimentario mundial está quebrado, y cuando dice quebrado está alertando sobre estas enormes limitaciones que empieza a tener desde el punto de vista productivo y socio-económico. Desde el punto de vista productivo vemos claramente lo que está sucediendo con el uso de agro químicos en general, el paquete agro tecnológico no está alcanzando a responder a todos los requerimientos que le están planteando dentro del sistema y en ese sentido se muestra muy claro que hay que buscar alternativas” afirmó el experto en ecología. Entre las alternativas que planteó Pengue, varias tienen que ver directamente con un remplazo transicional de los agroquímicos que actualmente se están usando por otros de naturaleza biológica particularmente apuntando al uso de las practicas agroecológicas, y por otro lado el tema de los fertilizantes que son soluciones para hoy pero problemas para mañana.

Walter Pengue afirma que hoy en día la industria agroquímica en particular a nivel mundial está teniendo problemas que derivan detrás de la mano de muchos juicios que están enfrentando y que además hay un conjunto de tensiones que no pasa por la falta de alimentos: “El problema es que hay una competencia por la biomasa a escala global que apunta o solamente a la agroindustria que satisface la producción de alimentos sino a una competencia fuerte que empieza a pasar detrás de la mano de los biocombustibles y biomateriales y algunas alternativas de menor cuantía”, y prosigue “si yo divido la cápita mundial de la producción de biomasa con la disponibilidad que hay de estos alimentos y la población por supuesto que sobraría alimento en el mundo. El problema pasa por otro lado y son problemas de distribución”.

Además de eso, Pengue impulsa a pensar que debemos tener en cuenta que si bien muchos están usando el argumento de la falta de comida en el mundo para 800.000.000 personas que de alguna manera están teniendo estos inconvenientes, sobra comida porque hay 1200 millones de personas que están sobrealimentadas. El problema no es de desnutrición ni de sobreproducción, sino de malnutrición como lo estamos planteando.

El productor agropecuario no está produciendo solo trigo, maíz o soja, el productor es un administrador y gestor de recursos naturales, tierra, agua y biodiversidad. Este proceso de transformación los tiene que llevar a pensar en mantener el sistema. Hay algunas prácticas que lo acercan a la mirada transicional sobre la agroecología que le puede dar nuevas oportunidades de producción.

“Imaginen un país como Argentina, un país que en este momento está produciendo alimentos que en la mitad del mundo vienen siendo considerados nefastos. Cambiemos el rotulo y pensemos en una Argentina natural agropecuaria. Para eso lo que se necesita son políticas de Estado, buena gestión de los sistemas y empresas que cambien su cabeza y ayuden a pensar esto de manera distinta, una nueva formación del ingeniero agrónomo, del médico veterinario, de la gente vinculada con esto” concluyó Walter Pengue

 
fuente: Todoagro.com.ar 

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