El primer Encuentro Nacional de Ferias Francas y Mercados Solidarios, que se desarrolló en Posadas entre el viernes y el domingo pasado, fue un espacio donde se pudo visibilizar a los feriantes de la agricultura familiar, la producción de alimentos y artesanías, compartir experiencias e intercambiar semillas y productos.
“La conclusión de las tres jornadas es que fue un éxito y los números así lo demuestran: cerca de cuatro mil productores de todo el país, cuando esperábamos a dos mil. Nos vimos desbordados, y felices”, aseguró Marta Ferreira, directora de Agricultura Familiar Sustentable de la provincia.
Se dispusieron 600 stands de 21 provincias argentinas y países vecinos como Perú, Chile, Paraguay y Brasil, donde se exhibió la oferta de los agricultores y artesanos a unas veinte mil personas que visitaron la fiesta en las tres jornadas. Además, se desarrollaron charlas técnicas sobre legislación relacionada a la producción de alimentos, casos de asociaciones, historia de mercados y organización de las entidades. Cada uno de los seminarios estuvo colmado, debido al interés mostrado por los visitantes de recolectar la mayor cantidad información posible para replicar en sus comunidades.
Espíritu solidario
Al hacer un balance, Ferreira afirmó que “el encuentro se caracterizó por un gran espíritu solidario, festivo y fraterno. Los productores saben de sacrificios y de lucha, por eso los inconvenientes surgidos entorno a la comida y alojamiento, fueron detalles menores”. Recordó que “quienes trabajan con este sector, sabemos de encuentros grandes donde había que dormir en el mismo stand y rebuscarse la comida. Pero nada de eso opaca el sentido más profundo de la reunión”.
La directora de Agricultura Familiar agradeció a la sociedad misionera que colaboró con esta fiesta. Comentó que “en Posadas los hoteles fueron muy generosos, las hermanas Siervas del Espíritu Santo y los sacerdotes del Verbo Divino y los Jesuitas, hicieron ‘milagros’ para conseguir más lugares. Atendieron maravillosamente a quienes arribaron a Misiones, incluso algunas casas de familia se convirtieron en albergues. El viernes a las 2 de la mañana, todos tenían un lugar donde dormir”.
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