Era un inquilinato de calle Japón casi Franklin. Unas quince personas vivían en el lugar. Un joven de 15 rescató a un abuelo entre las llamas
Cuando las llamas atrapaban el inquilinato donde vivían seis familias, un chico de 15 años rompió la puerta de la pieza de un vecino ya de edad que él sabía que no podía levantarse sólo y lo ayudó a salir antes de que el fuego consumiera toda la vivienda. “El muchacho me sacó”, señaló Antonio Gómez, de 71 años, quien perdió todo pero el joven le salvó la vida. Por el caso hubo un herido con quemaduras que no serían de gravedad.
La acción de los bomberos evitó que las viviendas lindantes se dañaran, pero todo lo que las humildes familias tenían, se perdió.
Hasta anoche la numerosa familia del joven que salvó al septuagenario, estaba acampando precariamente en el terreno de la casa y, a pesar de que les prometieron asistencia, no tendrán dónde pasar la noche.
El incendio
Según informaron desde la Policía, el incendio comenzó cerca de las 1.30 de ayer en una de las casillas de un inquilinato de calle Japón casi Franklin, donde vivían seis familias. En total había unas quince personas.
Según las primeras pericias, el siniestro habría comenzado por causa de una vela encendida en una de las dependencias.
“Yo estaba despierto, mirando tele y vi las llamas”, contó Oscar Demetrio, quien dijo que es gitano pero hace 15 años se separó de la comunidad local y hoy tiene una discapacidad motriz. Él vivía allí con su esposa y seis hijos.
La esposa de Demetrio, Adela Prill (43), contó que “yo estaba durmiendo con mi nena y él vino a despertarnos y salimos todos de la casa, apenas salimos nosotros y no pudimos sacar nada. Perdimos lavarropa, secarropa, tele, cocina, todo, nos quedamos con lo puesto. Hasta los recibos de sueldo y la poca plata que nos quedaba se quemó”.
Y Demetrio agregó que “Perdimos todos los documentos de los chicos y los míos, pero gracias a Dios que estamos vivos”.
La familia de ambos está compuesta por sus hijos que tienen desde 10 meses hasta 15 años y quedaron en la calle.
“Yo el 6 de diciembre pagué el alquiler, de 250 pesos, y ahora queremos un techo donde los chicos puedan dormir. Nos dijeron que nos iban a traer un corte de casa, pero hasta ahora ni un plato de comida para los chicos nos trajeron”, dijo Adela, mientras espantaba a los perros de la zona que merodeaban la colcha donde sus hijos, agotados, intentaban descansar.
Salvado por el mayor
En dialogó también con otra de las víctimas que se quedó sin lo poco que tenía, Antonio Gómez (71), quien sentado en una silla al lado del campamento improvisado de sus vecinos, no dudó en señalar “el muchacho me sacó”.
Es que el chico de 15 años sabía que Antonio no podía levantarse por sus propios medios y no llegaría a abrir la puerta antes de que las llamas lo atraparan. Por eso el joven, heroicamente, rompió la traba y lo rescató entre el humo que ya inundaba su habitación.
En el siniestro, sólo Juan Carlos Núñez (62) sufrió quemaduras leves en la frente y en la espalda, pero las seis familias se quedaron en la calle.
En el lugar trabajaron cuatro dotaciones de bomberos que evitaron que el fuego se propagara.
Cuando las llamas atrapaban el inquilinato donde vivían seis familias, un chico de 15 años rompió la puerta de la pieza de un vecino ya de edad que él sabía que no podía levantarse sólo y lo ayudó a salir antes de que el fuego consumiera toda la vivienda. “El muchacho me sacó”, señaló Antonio Gómez, de 71 años, quien perdió todo pero el joven le salvó la vida. Por el caso hubo un herido con quemaduras que no serían de gravedad.
La acción de los bomberos evitó que las viviendas lindantes se dañaran, pero todo lo que las humildes familias tenían, se perdió.
Hasta anoche la numerosa familia del joven que salvó al septuagenario, estaba acampando precariamente en el terreno de la casa y, a pesar de que les prometieron asistencia, no tendrán dónde pasar la noche.
El incendio
Según informaron desde la Policía, el incendio comenzó cerca de las 1.30 de ayer en una de las casillas de un inquilinato de calle Japón casi Franklin, donde vivían seis familias. En total había unas quince personas.
Según las primeras pericias, el siniestro habría comenzado por causa de una vela encendida en una de las dependencias.
“Yo estaba despierto, mirando tele y vi las llamas”, contó Oscar Demetrio, quien dijo que es gitano pero hace 15 años se separó de la comunidad local y hoy tiene una discapacidad motriz. Él vivía allí con su esposa y seis hijos.
La esposa de Demetrio, Adela Prill (43), contó que “yo estaba durmiendo con mi nena y él vino a despertarnos y salimos todos de la casa, apenas salimos nosotros y no pudimos sacar nada. Perdimos lavarropa, secarropa, tele, cocina, todo, nos quedamos con lo puesto. Hasta los recibos de sueldo y la poca plata que nos quedaba se quemó”.
Y Demetrio agregó que “Perdimos todos los documentos de los chicos y los míos, pero gracias a Dios que estamos vivos”.
La familia de ambos está compuesta por sus hijos que tienen desde 10 meses hasta 15 años y quedaron en la calle.
“Yo el 6 de diciembre pagué el alquiler, de 250 pesos, y ahora queremos un techo donde los chicos puedan dormir. Nos dijeron que nos iban a traer un corte de casa, pero hasta ahora ni un plato de comida para los chicos nos trajeron”, dijo Adela, mientras espantaba a los perros de la zona que merodeaban la colcha donde sus hijos, agotados, intentaban descansar.
Salvado por el mayor
En dialogó también con otra de las víctimas que se quedó sin lo poco que tenía, Antonio Gómez (71), quien sentado en una silla al lado del campamento improvisado de sus vecinos, no dudó en señalar “el muchacho me sacó”.
Es que el chico de 15 años sabía que Antonio no podía levantarse por sus propios medios y no llegaría a abrir la puerta antes de que las llamas lo atraparan. Por eso el joven, heroicamente, rompió la traba y lo rescató entre el humo que ya inundaba su habitación.
En el siniestro, sólo Juan Carlos Núñez (62) sufrió quemaduras leves en la frente y en la espalda, pero las seis familias se quedaron en la calle.
En el lugar trabajaron cuatro dotaciones de bomberos que evitaron que el fuego se propagara.
(El Territorio)
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