Por la presencia de “caranchos”, se reforzó la vigilancia en el Hospital

Se trata de personas que llegan hasta la guardia de emergencia para buscar clientes entre las víctimas de accidentes de tránsito. Afirman que los tienen identificados y tienen prohibido su ingreso al nosocomio
Por la fuerte presencia de “caranchos” -personas que trabaja para estudios jurídicos que buscan sacar provecho de pacientes lesionados en accidentes de tránsito haciendo juicio a empresas de seguro- en el Hospital Escuela de Agudos Dr. Ramón Madariaga se resolvió intensificar la vigilancia y seguridad.
La premiada película del cineasta argentino Pablo Trapero, que cuenta la historia de un abogado especialista en accidentes de tránsito que se mueve por guardias de hospitales en busca de clientes (Ver recuadro), puso sobre el tapete una problemática que también se registra en los servicios de emergencia de Misiones y que afecta principalmente a familias de condición humilde.
“Le pagan dos mangos a las familias y ellos se quedan con la mayor parte de lo que cobran del seguro. Eso no es nuevo, siempre pasó acá, con cada paciente que llegaba accidentado teníamos un abogado que le atacaba a los familiares para saber si tenía seguro el que le chocó, eso sí o sí”, evidenció Fernando Betancourt, jefe de la Guardia de Emergencia del Hospital.
En diálogo con El Territorio, señaló que en el nuevo Hospital “ya no entran más, se mantienen afuera y está prohibida la entrada, porque uno ya sabe quiénes son y con quiénes trabajan, se los distingue, uno que está hace mucho tiempo acá sabe quiénes son”.
El profesional de la salud indicó que desde la inauguración del nuevo edificio “tienen totalmente restringido el ingreso esta gente”. Y contrastó que hasta el año pasado, en la guardia anterior, “entraban con los accidentados a tomarle los datos, le preguntaban cómo fue el accidente, cómo estaba el paciente, qué le dijo el médico, si iba a quedar internado o no... ahora en cambio se tiene prohibido ese tipo de visitas”.
Al respecto, Rodrigo Bacigaluppi, presidente del Colegio de Abogados de Misiones, contó: “Alguna vez fui a tratar de asesorar a los familiares de una persona que se había quemado íntegra no me dejaron entrar, es más, me maltrataron porque era abogado y no me dejaron pasar adonde estaba el familiar”.
Sostuvo que las situaciones de estafas en los sistemas de salud solamente pueden ser posibles a través de redes entre trabajadores de los centros asistenciales y los estudios jurídicos involucrados en los hechos.
“Estas personas pueden llegar hasta el hospital sólo si tienen alguien adentro del Hospital que les avise. Tiene que haber un médico, un camillero o alguien que les pase el dato. Eso yo puedo confirmar: si se maneja, se maneja con total acuerdo de parte de algunas personas -y esto no es institucional, sino particular- de alguna persona que está informando sobre el ingreso”, consideró.
En esa línea, el letrado agregó que si ingresan “es porque tienen autorización del otro lado, estas actividades no se pueden realizar si no tienen desde adentro una ‘palanca’ o un medio de hacer ingresar hasta el familiar”.
Observó que “por lo que uno sabe esto existe, pero nadie lo denuncia”, y aclaró que el Colegio de Abogados, “sobre todo el Tribunal de Disciplina -que es el único que puede intervenir en estos casos- solamente puede actuar con denuncias concretas”.

Público y privado
Fernando Betancourt lamentó que a veces se presentan situaciones insólitas difíciles de evitar: “Se hacen pasar por familiares y entran igualmente al Hospital”.
Y contó que en numerosas oportunidades se encontraron con abogados en las habitaciones de internación, “por lo que se les ‘invitó’ a que salgan”.
Además, el jefe de la Guardia de Emergencia advirtió que la presencia de “caranchos” no es exclusiva del sector público, ya que también se constata en sanatorios privados y “en todos los lugares donde existe la posibilidad de cobrar un seguro, y de que (los familiares de los accidentados) les firmen un poder para que ellos se hagan cargo de todas las cuestiones del accidente”.
Evidenció que “a los abogados no se los ve mucho, más se ve a los ‘cuervos’: los que están encargados de ofrecer los servicios. Ellos enganchan a los pacientes, después les llevan hasta los estudios y les presentan a los abogados. A los abogados se les ve poco, pero se sabe para quiénes trabajan”.
El médico del Hospital Escuela recomendó “no dar ningún poder, el consejo es que no se hable con nadie, que solamente se den los datos a la gente del Hospital, no a cualquiera que venga de afuera a ofrecer servicios para cobrar el seguro”.

Propuestas
Con el propósito de evitar nuevas situaciones de engaños y estafas, el representante legal del hospital Escuela mantuvo hace dos semanas una reunión con referentes del Colegio de Abogados de Misiones, en la que se planteó la creación de un reglamento para el ingreso de letrados al nosocomio.
“Se acercaron para comunicar que iban a crear un reglamento para el ingreso al Hospital y que previo a su aplicación nos iban a mostrar para que nosotros veamos y colaboremos con su redacción”, contó Bacigalupi.
Además, explicó que el Colegio busca habilitar un espacio de asesoría jurídica gratuita en el Hospital, “para que de alguna manera se asesore siempre a los familiares, para que no se vean coadyuvados a tomar un abogado, porque el ciudadano tiene la total libertad de elegir a su representante legal”.


Opiniones

“Ya no entran más, se mantienen afuera y está prohibida la entrada, porque uno ya sabe quiénes son y con quiénes trabajan, uno que está hace mucho tiempo acá sabe quiénes son”
Fernando Betancourt
Jefe de Emergencias del Hospital



“Estas personas solamente pueden llegar al Hospital si tienen alguien adentro que les avise. Tiene que haber un médico, un camillero o alguien que les pase el dato”

Rodrigo Bacigalupi
Presidente del Colegio de Abogados


Ficción inspirada en episodios reales

En mayo de este año, se estrenó en las principales salas del país la película “Carancho”, del joven y exitoso director argentino Pablo Trapero. El film relata la historia de un abogado especialista en accidentes de tránsito, a punto de recuperar su matrícula, que se mueve entre guardias de hospitales, servicios de emergencias y comisarías en busca de posibles clientes.
El personaje -interpretado por Ricardo Darín- trabaja para una fundación de ayuda a las víctimas, que en realidad es la pantalla de un turbio estudio jurídico. Sosa consigue los clientes, los testigos, las pericias; arregla con la Policía, los jueces y las aseguradoras.

(El Territorio)

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