Por Jorge Lozina
Como Leonidas en Termópilas, al frente de su tropa…, y sin resignar un ápice de sus principios, nos deja -en el mismo “desfiladero de la historia”- el mandato de continuar organizando la libertad, para que el modelo militante que él escribió junto a nosotros, nos permita pensar en las próximas batallas.
Néstor Kirchner, mientras entraba a la historia dejaba la política, no porque se rindiera, sino simplemente, porque no había nacido para ser mediocre, había nacido para ser un guerrero en la inmensa y bella batalla de la existencia humana.
No deja un vacío, nos deja un espacio sublime lleno de fe y esperanza en nosotros mismos. Pero por sobre todas las cosas, nos lega un verdadero impacto militante capaz de prolongar la POLÍTICA, así, con mayúscula y como se prolongan los sueños, esa POLÍTICA -que como lo señalé muchas veces- debe servir para solucionar los problemas de la gente, porque de otra forma, no sirve para nada.
Pero cuidado que las hienas acechan, esas hienas que siguen viviendo de la carroña y no sé de qué se ríen. Las que siempre están más cerca de la muerte que de la vida. Esas que, mientras la oposición política intenta rearmar el discurso, aparecen disfrazados de periodistas independientes, para golpear donde más nos duele: nuestros propios niños, usándolos de variable de sus oscuros intereses y debilitando la conducción institucional de cada porción de la patria.
Hoy están de turno Misiones y Maurice Closs, como hace unos años estaba nuestra Misiones, pero con Carlos Rovira. Mañana puede ser cualquiera, pero pensemos que mañana puede ser muy tarde, porque el hambre de estos “carroñeros”, paridos también por nuestra historia, no descansarán en su intento de destruir lo hecho, lo poco o mucho que pudimos construir.
Quizás no sea yo el más indicado para hacerlo. Quizás haya muchos funcionarios y militantes que lo puedan hacer mejor. Pero siento la intangible necesidad de ratificar, como todos los días de mi vida, que ante cada guerrero que cae, siempre seremos interminables los que estamos dispuestos a velar las armas.
Por eso el “movimiento nacional”, y este “modelo pensamiento y acción” que encarna la Renovación Misionera, no descansa ni descansará hasta que la Patria se funda en el abrazo fraterno del bienestar de todos.
Por eso ya no cabe ningún tipo de desencuentro, ni para adentro ni hacia afuera. No cabe discutir quién lo hizo bien o quién lo hizo mal, o sencillamente, no lo hizo, porque gracias a Dios, siempre hay un tiempo para comenzar a hacer.
Y a nuestro Gobernador, el de todos los Misioneros, no sólo le sobra humildad para reconocer que hay niños con hambre producto de lo que todavía no se pudo lograr, sino también le sobra temple para seguir afrontando las desigualdades sociales. Él también es un guerrero…, en la propia dimensión de su compromiso y de su tiempo.
Por eso sigo soñando en lo bello de la POLÍTICA, porque ella siempre es capaz de modificar el destino de los hombres. Por eso sigo pensando que los hombres son como las flechas y la vida un arco. Que somos despedidos con fuerza hacia un blanco. Que a veces damos en el centro, otras veces no. Pero surcamos como saetas el aire, y siempre hacia adelante.
Por eso sigo amando la POLITICA. Porque en ella sólo es posible, que cada hombre se convierta en un MILITANTE, y cada MILITANTE, en un guerrero, … y que en cada “desfiladero de la historia” nos abroquelemos para defender -más allá del honor del guerrero- la justicia de nuestra causa.
Como Leonidas en Termópilas, al frente de su tropa…, y sin resignar un ápice de sus principios, nos deja -en el mismo “desfiladero de la historia”- el mandato de continuar organizando la libertad, para que el modelo militante que él escribió junto a nosotros, nos permita pensar en las próximas batallas.
Néstor Kirchner, mientras entraba a la historia dejaba la política, no porque se rindiera, sino simplemente, porque no había nacido para ser mediocre, había nacido para ser un guerrero en la inmensa y bella batalla de la existencia humana.
No deja un vacío, nos deja un espacio sublime lleno de fe y esperanza en nosotros mismos. Pero por sobre todas las cosas, nos lega un verdadero impacto militante capaz de prolongar la POLÍTICA, así, con mayúscula y como se prolongan los sueños, esa POLÍTICA -que como lo señalé muchas veces- debe servir para solucionar los problemas de la gente, porque de otra forma, no sirve para nada.
Pero cuidado que las hienas acechan, esas hienas que siguen viviendo de la carroña y no sé de qué se ríen. Las que siempre están más cerca de la muerte que de la vida. Esas que, mientras la oposición política intenta rearmar el discurso, aparecen disfrazados de periodistas independientes, para golpear donde más nos duele: nuestros propios niños, usándolos de variable de sus oscuros intereses y debilitando la conducción institucional de cada porción de la patria.
Hoy están de turno Misiones y Maurice Closs, como hace unos años estaba nuestra Misiones, pero con Carlos Rovira. Mañana puede ser cualquiera, pero pensemos que mañana puede ser muy tarde, porque el hambre de estos “carroñeros”, paridos también por nuestra historia, no descansarán en su intento de destruir lo hecho, lo poco o mucho que pudimos construir.
Quizás no sea yo el más indicado para hacerlo. Quizás haya muchos funcionarios y militantes que lo puedan hacer mejor. Pero siento la intangible necesidad de ratificar, como todos los días de mi vida, que ante cada guerrero que cae, siempre seremos interminables los que estamos dispuestos a velar las armas.
Por eso el “movimiento nacional”, y este “modelo pensamiento y acción” que encarna la Renovación Misionera, no descansa ni descansará hasta que la Patria se funda en el abrazo fraterno del bienestar de todos.
Por eso ya no cabe ningún tipo de desencuentro, ni para adentro ni hacia afuera. No cabe discutir quién lo hizo bien o quién lo hizo mal, o sencillamente, no lo hizo, porque gracias a Dios, siempre hay un tiempo para comenzar a hacer.
Y a nuestro Gobernador, el de todos los Misioneros, no sólo le sobra humildad para reconocer que hay niños con hambre producto de lo que todavía no se pudo lograr, sino también le sobra temple para seguir afrontando las desigualdades sociales. Él también es un guerrero…, en la propia dimensión de su compromiso y de su tiempo.
Por eso sigo soñando en lo bello de la POLÍTICA, porque ella siempre es capaz de modificar el destino de los hombres. Por eso sigo pensando que los hombres son como las flechas y la vida un arco. Que somos despedidos con fuerza hacia un blanco. Que a veces damos en el centro, otras veces no. Pero surcamos como saetas el aire, y siempre hacia adelante.
Por eso sigo amando la POLITICA. Porque en ella sólo es posible, que cada hombre se convierta en un MILITANTE, y cada MILITANTE, en un guerrero, … y que en cada “desfiladero de la historia” nos abroquelemos para defender -más allá del honor del guerrero- la justicia de nuestra causa.
Comentarios
Publicar un comentario