Kossa Nostra en el 11º festival Internacional de Títeres "Con Bombos y Platillos" de Ecuador


Cuenta la leyenda que una vez, en la época donde se traficaba población negra para distribuirla como esclavos  por varios lugares de América,  sobre el Océano Pacifico (en lo que hoy es Ecuador muy cerca de la frontera con la actual República de Colombia) encalló un barco de negros que iba desde Panamá rumbo al Perú. Y que a su tripulación, en ese momento, el azar del destino le devolvió la libertad.
Y que la mayor parte de sus tripulantes se salvó del naufragio y se quedó a vivir para siempre en un rinconcito costeño que hoy se llama Esmeraldas. En este rinconcito de Ecuador hoy habita el único grupo de raza negra de este país. Y ese color y ese ritmo se siente en el aire cuando uno va llegando después de atravesar montañas de selva tupida y cascadas transparentes. Un aire con olor a fruta fresca mezclada con sonido de tambores, salsa y bachata. Un ritmo y un color que se combinan  perfectamente con un clima tan caluroso -que parece Misiones en Enero. Un calorcito moreno que hace que todos se queden bailando hasta altísimas horas de la noche tratando de respirar la brisa que viene del mar -color esmeralda- que baña el lugar.                                                                                                                                                                  
Aquí en Esmeraldas -a pocos kilómetros de la línea equinoccial que divide el mundo por la mitad- Kossa Nostra empezó la gira por Ecuador haciendo sus primeras presentaciones. En poblados pequeños, al aire libre,  con muchos vecinos que tímidamente se van acercando hasta llenar el lugar y terminan a risa pelada bien cerquita del teatrillo pidiendo que siga la función cuando el Burro Don Policarpo intenta despedirse.

Estamos en el 11º Festival Internacional de Títeres "Con Bombos y Platillos" –organizado por la Fundación TitereFue- que nos ha invitado a realizar otras diez presentaciones en diversas localidades de varias provincias de Ecuador hasta el próximo 31 de mayo. Una vez más tenemos la oportunidad de contar con los títeres de dónde venimos, como somos. Y una vez más nos sorprende y emociona que la gente se ría y disfrute tanto con nuestros personajes que son tan misioneros pero a la vez tan comunes y evidentemente tan “globales” que despiertan ternura y alegría en lugares bien lejanos.

Compartiremos escenarios con nuevos compañeros (de España, Italia, Rusia, México, Colombia y Ecuador) con quienes vamos a intercambiar trabajo y emociones. Una vez más los títeres nos abren las puertas de lugares y gentes que nos brinda con sonrisas y aplausos uno de los regalos más grandes que nos impulsa seguir “titireteando” por la vida con entusiasmo y compromiso. Estamos contentos y orgullosos.

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