"El radicalismo, hasta hoy, no ha cerrado acuerdo frentista alguno con ningun sector. De hacerlo, la última palabra la tendrá la Honorable Convención Radical de Misiones, donde los representantes de los difierentes puntos de la Provincia darán su apoyo, o no, a la construcción de ese espacio. Hasta tanto esto suceda, todo lo que se afirme sobre un frente electoral con la participación de la UCR, no es más que especulación o expresión de deseo", señala en un comunicado la UCR de Misiones.
Las costumbres de aquellos grupos empresarios que se asocian para hacer política escondidos detrás del sello de algún partido político surgido de la nada, sin banderas ni estandartes, sin principios ni bases, lleva a que aquellos que los siguen, arriados como ganados, crean que en todos los espacios las cosas se manejan de la misma manera.
La Unión Cívica Radical (UCR) no es un grupo de socios que hacen política, sino un partido verdaderamente democrático hacia adentro y hacia afuera, tal como su historia lo marca.
Es un partido donde sus autoridades, o candidatos, no son designados a dedo, ni se mueven sin someterse a la decisión de su máximo órgano, la Convención Radical, donde los afiliados a través de sus autoridades partidarias consagradas en elecciones internas democráticas, participan de la toma de decisiones.
Y a ese proceso democrático de decisión es que se sometió la propuesta de varios referentes de posibilitar el diálogo con los demás partidos políticos, en pos de fijar políticas de Estado que lleven como premisa el bienestar real de los misioneros, y no un bienestar ficticio basado solamente en colosales obras que solo unos pocos pueden disfrutar y de las que nadie duda acerca de sus sobreprecios.
Claramente, este partido centenario y democrático no hace nada a espaldas de sus afiliados, los que son consultados cada vez que se debe designar un candidato o definir las estrategias electorales. Mientras que muchos dirigentes políticos, que en algunos casos provienen de partidos democráticos, se han acostumbrado a que sus ?padrinos? los acomoden en uno u otro cargo, mientras otros esperan ser bendecidos con la misma suerte.
La decisión de encarar un proceso de diálogo, que tan nervioso pone al gobierno y sus voceros, fue claramente avalada por el máximo órgano partidario, y jamás un negocio de dirigentes a espaldas de los afiliados. El radicalismo ha iniciado el diálogo. La construcción de un frente dependerá de lograr coincidencias programáticas que permitan protagonizar un verdadero cambio en la provincia, cambio cuyo protagonista principal deberá ser su pueblo, como lo ha sido cuando dijo NO a la reelección indefinida y los deseos de perpetuación en el poder.
Las acusaciones vertidas por algunos ?ungidos? de formas poco democráticas, que rozan con lo dictatorial, contra autoridades de la Unión Cívica Radical y sus candidatos, no son más que mentiras que evidencian que cuando los sectores democráticos se unen para combatir a los grupos societarios que se disfrazan de partidos políticos, estos últimos se ponen temerosos y comienzan a buscar, con actitudes poco democráticas, la manera de aferrarse al poder.
El radicalismos, hasta hoy, no ha cerrado acuerdo frentista alguno con ningun sector. De hacerlo, la última palabra la tendrá la Honorable Convención Radical de Misiones, donde los representantes de los difierentes puntos de la Provincia darán su apoyo, o no, a la construcción de ese espacio. Hasta tanto esto suceda, todo lo que se afirme sobre un frente electoral con la participación de la UCR, no es más que especulación o expresión de deseo.
Equipo de Comunicación UCR Misiones
www.ucr-misiones.org.ar
Las costumbres de aquellos grupos empresarios que se asocian para hacer política escondidos detrás del sello de algún partido político surgido de la nada, sin banderas ni estandartes, sin principios ni bases, lleva a que aquellos que los siguen, arriados como ganados, crean que en todos los espacios las cosas se manejan de la misma manera.
La Unión Cívica Radical (UCR) no es un grupo de socios que hacen política, sino un partido verdaderamente democrático hacia adentro y hacia afuera, tal como su historia lo marca.
Es un partido donde sus autoridades, o candidatos, no son designados a dedo, ni se mueven sin someterse a la decisión de su máximo órgano, la Convención Radical, donde los afiliados a través de sus autoridades partidarias consagradas en elecciones internas democráticas, participan de la toma de decisiones.
Y a ese proceso democrático de decisión es que se sometió la propuesta de varios referentes de posibilitar el diálogo con los demás partidos políticos, en pos de fijar políticas de Estado que lleven como premisa el bienestar real de los misioneros, y no un bienestar ficticio basado solamente en colosales obras que solo unos pocos pueden disfrutar y de las que nadie duda acerca de sus sobreprecios.
Claramente, este partido centenario y democrático no hace nada a espaldas de sus afiliados, los que son consultados cada vez que se debe designar un candidato o definir las estrategias electorales. Mientras que muchos dirigentes políticos, que en algunos casos provienen de partidos democráticos, se han acostumbrado a que sus ?padrinos? los acomoden en uno u otro cargo, mientras otros esperan ser bendecidos con la misma suerte.
La decisión de encarar un proceso de diálogo, que tan nervioso pone al gobierno y sus voceros, fue claramente avalada por el máximo órgano partidario, y jamás un negocio de dirigentes a espaldas de los afiliados. El radicalismo ha iniciado el diálogo. La construcción de un frente dependerá de lograr coincidencias programáticas que permitan protagonizar un verdadero cambio en la provincia, cambio cuyo protagonista principal deberá ser su pueblo, como lo ha sido cuando dijo NO a la reelección indefinida y los deseos de perpetuación en el poder.
Las acusaciones vertidas por algunos ?ungidos? de formas poco democráticas, que rozan con lo dictatorial, contra autoridades de la Unión Cívica Radical y sus candidatos, no son más que mentiras que evidencian que cuando los sectores democráticos se unen para combatir a los grupos societarios que se disfrazan de partidos políticos, estos últimos se ponen temerosos y comienzan a buscar, con actitudes poco democráticas, la manera de aferrarse al poder.
El radicalismos, hasta hoy, no ha cerrado acuerdo frentista alguno con ningun sector. De hacerlo, la última palabra la tendrá la Honorable Convención Radical de Misiones, donde los representantes de los difierentes puntos de la Provincia darán su apoyo, o no, a la construcción de ese espacio. Hasta tanto esto suceda, todo lo que se afirme sobre un frente electoral con la participación de la UCR, no es más que especulación o expresión de deseo.
Equipo de Comunicación UCR Misiones
www.ucr-misiones.org.ar
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