El juez federal Norberto Oyarbide sorteó una vez más un pedido de apartamiento en la causa por las escuchas telefónicas en la que está procesado Mauricio Macri, porque la Cámara Federal rechazó un pedido de incompetencia en su contra.
El planteo había sido formulado por la imputada Rosana Barroso, ex jefa de Gabinete del Ministerio de Educación porteño durante la gestión de Mariano Narodowski, área en la que trabajó el ex policía-espía Ciro James.
La Sala I de la Cámara Federal confirmó la resolución que había rechazado una presentación de Barroso pidiendo el apartamiento de Oyarbide en la causa.
La ex funcionaria tampoco consiguió que se postergara la definición sobre su situación procesal hasta que se decidan en forma definitiva estas presentaciones, según resolvieron hoy en un fallo los camaristas Eduardo Freiler, Jorge Ballestero y Eduardo Farah.
Barroso está imputada por supuestamente haber contratado y tener bajo su área a James, que prestó servicios para el Ministerio de Educación, cargo desde el cual -según la Justicia- encubría su actividad ilícita de vigilar y escuchar a numerosas personas.
Barroso se negó a declarar como imputada cuando estuvo frente a Oyarbide, pero su secretaria privada declaró como testigo que había visto varias veces a James en el edificio.
El planteo había sido formulado por la imputada Rosana Barroso, ex jefa de Gabinete del Ministerio de Educación porteño durante la gestión de Mariano Narodowski, área en la que trabajó el ex policía-espía Ciro James.
La Sala I de la Cámara Federal confirmó la resolución que había rechazado una presentación de Barroso pidiendo el apartamiento de Oyarbide en la causa.
La ex funcionaria tampoco consiguió que se postergara la definición sobre su situación procesal hasta que se decidan en forma definitiva estas presentaciones, según resolvieron hoy en un fallo los camaristas Eduardo Freiler, Jorge Ballestero y Eduardo Farah.
Barroso está imputada por supuestamente haber contratado y tener bajo su área a James, que prestó servicios para el Ministerio de Educación, cargo desde el cual -según la Justicia- encubría su actividad ilícita de vigilar y escuchar a numerosas personas.
Barroso se negó a declarar como imputada cuando estuvo frente a Oyarbide, pero su secretaria privada declaró como testigo que había visto varias veces a James en el edificio.
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