Oposición: ni formas ni contenidos

Por Julia Perié
Resulta sorprendente lo que viene transcurriendo durante estas últimas semanas en torno al accionar de la oposición.

Es patético ver amucharse sin mayores inconvenientes a los viejos dinosaurios de la política neoliberal argentina con los nuevos profetas de la institucionalidad que, paradójicamente, tienen por currículum el no cansarse de abandonar gobiernos dejando al país entero a la deriva.

Es evidente que esta oposición trata de golpear al gobierno cueste lo que cueste y de la manera más irresponsable para ganarse una tapa de Clarín: el gran premio del momento.

O acaso en éstos últimos días se escuchó alguna intervención de los destacados opositores sobre la necesidad de Argentina de pagar deuda a una tasa mucho mas baja que la actual, traduciéndose en un mayor ahorro de recursos para el país?

Éste es el debate que la oposición no quiere dar.

En realidad no les importa que el país pague menos intereses de deuda, que pueda financiarse a tasas más baratas, si a cambio le propinan una derrota en la cámara al oficialismo.

Ahí radica la enorme irresponsabilidad: poner delante los mezquinos intereses partidarios y personales, en perjuicio del país.

A lo que se suma también una importante dosis de cobardía, pues hasta ahora, no se escuchó a ninguno decir públicamente, en los medios, lo que verdaderamente piensan.

No se animan a decirle a la gente que para afrontar la deuda con el presupuesto nacional, se debe recortar el gasto público.

Es decir, Salud, Educación, Justicia, Trabajo (mediante la Obra Pública). Que para nosotros es Inversión Pública y no gasto.

Y no es casual que la comparsa mediática del establishment haya vuelto a hacer resonar los oxidados clarines del neoliberalismo justo ahora que los destacados opositores comienzan a pronunciar la oración mágica que hacía tiempo no se animaban a realizar: “elevado gasto público”, dicen al unísono.

Quería recordarles, que bajo los mismos descarados argumentos, durante la década del ´90, el Estado renunció a su responsabilidad de atender las más básicas necesidades de la población para dejarnos en manos de los caprichos del mercado, con sus multinacionales y el FMI como digitadores de la política económica nacional.

Y así nos fue.

En esos tiempos justificaban su fundamentalismo desmantelador y antiestatal diciendo “hay que estar integrados al mundo”.

Bueno, entonces deberían preguntarle “al mundo” como le fue con el neoliberalismo y en qué terminó todo.

Por eso, hablo de irresponsabilidad en la oposición.

Parece ajena a la historia, incluso a nuestra historia más reciente, y prefiere en cambio, escapar por la tangente de la “institucionalidad”, en vez de dar el debate de cara a la sociedad.

Quieren afrontar los vencimientos de deuda con el presupuesto 2010.

Hablan de “ahorro del gasto”, pero en los 90 a eso se le llamaba “ajuste”.

Bueno, que no sean cobardes y se lo digan en la cara a la gente; que salgan por los medios a decirlo en vez de hablar de “institucionalidad” sin proponer ninguna solución viable para el país en su conjunto.

Y no lo hacen porque casi todos están de acuerdo en lo mismo: es necesario recortar el gasto público a través de un ajuste, sin importar las consecuencias para los sectores más postergados de la sociedad.

Sería verdaderamente bueno que nos digan a todos en donde deberíamos “achicar” el gasto, a quien debemos aplicarle el ajuste, en qué parte de nuestro presupuesto debemos “ahorrar”.

Es evidente que la oposición se ampara en el debate de las “formas” intentando obtener un efímero rédito político para no abordar el verdadero debate del “contenido”.

Es la oposición la que le teme al debate, no nosotros.

Nosotros estamos seguros y determinados a defender el gasto público como motor para la inclusión social, para generar más empleo y atender las necesidades de la población.

Y consideramos que es una reafirmación del Estado y de su rol indelegable.

Ese es el verdadero debate de contenido que hay que dar, y nosotros estamos dispuestos a darlo.

Y por ello le pedimos a la oposición que esté a la altura de las circunstancias: que sea responsable, razonable y dé la cara, diciéndole de frente a la sociedad lo que significa “pagar los vencimientos con recursos del presupuesto”.

Considero que ese es el debate que hay que dar, el verdadero debate de contenido.

Y nosotros estamos dispuestos a darlo con la seriedad que la circunstancia demanda y sin la mezquindad del ventajero que ve en ésta, la ocasión perfecta para avanzar un peldaño más en su aventura política arremetiendo contra el oficialismo a costa del interés nacional.

JULIA ARGENTINA PERIÉ
DIPUTADA DE LA NACION
FRENTE PARA LA VICTORIA

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